Tan pequeño y tan inteligente. El Smart Pocket Robot Buddy es un pequeño amigo robot inteligente que interactúa contigo de muchas maneras diferentes. Súper divertido.
La tecnología de reconocimiento de voz despierta al pequeño juguete robot con un simple "Hola" y te permite interactuar con él. Sólo tienes que hablarle y el robot reconocerá tu voz. Ponlo en modo conversación y explora numerosas respuestas y contestaciones. Como lo haría un pequeño amigo.
Mientras le das a tu nuevo amigo tus órdenes, los ojos parpadean alegremente y el robot girará sus brazos para indicarte que te está escuchando. ¿Quieres que cante o baile? Sólo tienes que comunicarle tus deseos y ver qué ocurre. ¿Quieres escuchar un cuento? Sólo tienes que pedírselo.
Otra función genial es el modo de repetición. Sólo tienes que grabar algunas palabras o frases y el pequeño robot las repetirá con su propia voz robótica. Muy divertido y entretenido para toda la familia.
Gracias a su tamaño de bolsillo, el Smart Pocket Robot Buddy puede acompañarte allá donde quieras ir. Lleva a tu nuevo amigo a la guardería del colegio, a casa de los abuelos o sorprende a un amigo de verdad con tu nuevo amigo robótico. Su peso ligero y su tamaño compacto permiten guardarlo fácilmente y el pequeño robot es una gran decoración, hasta que lo despiertes...
Kathy (propietario verificado) -
Esperé tanto tiempo para que llegara este artículo, que no lo recibí a tiempo para el cumpleaños de mi abuelo. Parece genial, pero ahora, ¿cuándo se lo regalo? Seguramente tendré que esperar hasta Navidad.
Deborah Johnson (propietario verificado) -
Jugué con el mando antes de que lo hiciera mi nieto artístico de 6 años y pensé que se lo iba a enseñar. Cogió el mando y de repente vi y oí al robot haciendo diferentes cosas y cantando canciones. No sabía que hacía eso. Comenzó a cantar y a bailar con el robot, lo que me llenó el corazón. Parecía que se comunicaba con el robot. Vaya.
Deborah Johnson (propietario verificado) -
Comprado para mi nieto de 6 años porque le encanta tener cosas en la mano. El primer error que cometí fue jugar con él antes de que lo viera. Me enamoré de este tipo y se lo mostré a mis amigos. Todos querían uno. Iba a dejar que se lo llevara a casa pero decidí quedármelo en mi casa. Me encanta.