La semana pasada me encontré en un aprieto. Había salido para iniciar un viaje de ida y vuelta de dos horas para dejar a los niños con su primo durante el fin de semana. Recorrimos la mitad del camino y luego paré a repostar.
Pero me había olvidado la cartera. Me entró el pánico, ya que no teníamos gasolina suficiente para llegar, ni tampoco para volver a casa. Los bancos estaban cerrados y no sabía qué que iba a hacer.
"Tengo dinero por si lo necesitas", me dijo mi hijo de nueve años desde el asiento trasero. Me dio un billete de veinte.
Me sentí muy orgullosa. Mi hijo no sólo estaba dispuesto a prestarme su dinero, sino que sabía que lo había estado guardando desde Navidad. (Reconocí la purpurina roja de la nota, malditos abuelos).
¿Ahorran dinero sus hijos?
No me malinterpreten. Mi hijo de once años permaneció en silencio desde su puesto en la parte trasera de mi coche. En cuanto ese niño recibe dinero, se lo lleva. Ciertamente es generoso con él y no duda en comprarle a su hermana pequeña un cucurucho de helado o a su hermano pequeño una baratija. Pero le encanta gastar, gastar y gastar.
Por eso tuve que empezar a tomar medidas para enseñarles a los dos a gastar un poco, a ahorrar otro poco y a presupuestar su dinero. Los dos se lo piensan dos veces antes de gastar dinero en algo que quizá no necesiten.
Como resultado, cada uno de ellos tiene un pequeño y saludable cuenta de ahorro. Y aunque a cada padre le funcionan bien unas estrategias u otras, he pensado en compartir contigo algunas ideas si quieres enseñar a tus hijos a ahorrar dinero.
El truco del sobre
Algunos padres confían en el truco del sobre. Con este método, darás a cada uno de tus hijos tres sobres (o bancos, o cajas o lo que quieras). Están etiquetados:
- Danos
- Guardar
- Gastar
La premisa es que hay tres cosas que puedes hacer con el dinero. Puedes utilizarlo para ayudar a los demás, puedes gastarlo en cosas que quieras o necesites o puedes ahorrar dinero para un día lluvioso (o para un coche averiado).
Cuando le des dinero a tu hijo, él lo repartirá en tercios, colocando una parte en cada sobre. Juntos elegiréis una organización benéfica o una causa para el "dar", abriréis una cuenta bancaria para el "ahorrar" y el "gastar" lo dejará a su hijo para que haga lo que quiera.
Personalmente, creo que este sistema tiene algunos fallos. Supongamos que, como adulto, ganas $4.000 al mes. Tu hipoteca es de $800, tu factura de la luz es de $200, sólo consigues gastar alrededor de $300 al mes en comestibles, etcétera. El sobre de "gastos", para un adulto, asciende a mucho más de un tercio.
Tú decides si quieres que tus hijos aprendan a administrar el dinero.
Contrata a tus hijos
Me encanta esta estrategia, y es una de las que empleo. Mis hijos no se ganan una paga. ¿Sabéis por qué? Porque I no se ganan una paga.
Nadie me paga solo por existir, y no quiero que mis hijos crezcan pensando que el dinero les llegará sin más. En vez de eso, que trabajen, igual que yo.
Mis dos hijos entienden que la escuela es su prioridad número uno. Dicho esto, si están demasiado ocupados con sus tareas de lectura como para sacar el cubo de la basura a la acera, lo considero caso por caso.
Pero como a mis hijos les piden que hagan trabajos en casa, ganarán. Unos dólares por ayudar en el jardín. Uno o dos dólares por ayudar en casa. A veces preguntan si hay algo que puedan hacer para ganar algo para lo que están ahorrando, y yo suelo complacerles.
Sea sincero con sus hijos
"No, cariño, hoy no puedo permitirme comprar ese videojuego porque tenemos que comprarte unos zapatos para el colegio".
"Lo siento, no podemos salir a cenar esta noche porque nuestra factura de la luz ha sido más alta de lo normal este mes".
A menudo, los niños no son conscientes de lo que ocurre entre bastidores. Las luces están encendidas, hay gasolina en el coche y comida en la mesa. Haz un favor a tus hijos y háblales de ello.
No hace falta que divulgues información sobre tus ingresos a tus hijos. No hace falta que les digas cuánto ha costado la factura del gas este trimestre. Pero les harías un flaco favor si no les dijeras que hay decisiones financieras que tomas cada día.
Muchas veces, el dinero debe abordarse sobre la base del "si, entonces". Si me compro ese vestido, entonces no podré pagar el alquiler. Sé sincero con tus hijos al respecto para que entiendan las decisiones que algún día tendrán que tomar.
Déjeles cometer errores
No hay nada malo en dejar que tu hijo se exceda de vez en cuando. Digamos que ha recibido el dinero de su cumpleaños y se muere por comprar ese nuevo DVD. Por desgracia, se olvida de presupuestar cuando compra los caramelos en la tienda de la esquina.
Ahora no queda dinero suficiente para la película y tendrá que esperar a ganar más. ¡No pasa nada! Es mejor cometer errores ahora, a los 12 años. Aprenderá de esos errores y, con suerte, se le quedarán grabados décadas después.
Darles libertad financiera
El dinero de tus hijos es el dinero de tus hijos. Cuando recibieron el dinero del cumpleaños fue un regalo para ellos. Cuando les diste una paga por sus tareas, ese dinero pasó a ser suyo.
No seas un padre helicóptero. Del mismo modo que te enfadarías si otra persona te dijera cómo gastar tu dinero, tus hijos se harán una idea equivocada si tú haces lo mismo.
Tu trabajo es guiarles, claro. Pero si tu hijo decide gastarse cinco dólares en un frisbee rosa neón, es su decisión.
Cuando confíe en sus hijos para que tomen decisiones responsables con su dinero, empezarán a escriba a decisiones responsables con su dinero. Además, cuando tus hijos crezcan, nadie les controlará el dinero. Deja que construyan ahora los cimientos de la responsabilidad, que les acompañará toda la vida.
Un comentario
Por favor, sigan publicando un blog tan informativo. ¡Sigan así!
Me ha gustado mucho cómo has explicado cada punto. Gracias.